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A la hora de referirnos a la cultura y a los principales atractivos turísticos de Mendoza, podemos mencionar desde sus diversos paisajes naturales hasta sus ritmos folclóricos característicos como la cueca y la tonada. Pero no podemos eludir referirnos a la vitivinicultura, actividad productiva que, en función de la vegetación del lugar, impusieron los primeros españoles que lo habitaron.
Los buenos vinos, constituyen un producto distintivo de la cultura mendocina ante el resto del país y también a nivel internacional. Como consecuencia de ello, hace muchos años nació una fiesta popular de las más lejendarias y multitudinarias de Argentina: La fiesta de la vendimia. Allí se celebra la cosecha de uva y la producción de vinos de excepcional calidad.
En abril de 1936, por decreto provincial, se institucionalizó la fiesta vendimial, con el objetivo de exaltar la uva, el vino y la natural belleza de Mendoza. Aquella primera celebración se realizó en la rotonda del parque General San Martín ante unas 10000 personas
Con el tiempo, dicha festividad fue tomando mas fuerza y color, agigantando la expectativa de cada vez más gente. El desfile de jovencitas de los diferentes departamentos de la provincia de Mendoza aspirando a convertirse en "la reina de la vendimia"; los carros alegóricos; las danzas típicas de Cuyo y los fuegos de artificio, también representan un componente infaltable en cada edición de este festival.
El origen de la fiesta de la vendimia, registra un antecedente en el año 1913, cuando Mendoza fue elegida sede del segundo congreso nacional de la industria y el comercio. Allí se realiza por primera vez una fiesta fuera del ámbito de las hileras, donde los trabajadores celebraban el final de la cosecha tocando la guitarra, cantando y bailando cuecas y gatos cuyanos, para luego elegir una joven entre todas las cosechadoras, que coronaban con racimos de uva.
Pese a fuertes tormentas que dañaron rotundamente las cosechas y a diversas crisis institucionales, sigue vivo tras 7 décadas este encuentro, cuya escencia implica la celebración del vino y del paciente trabajo en las viñas, bodegas y laboratorios, donde especialistas crean este singular producto, orgullo de los mendocinos y cuyanos en general.